Uno de mis vicios (in)confesables es comprar libros. Todas las semanas visito alguna librería con la esperanza de encontrar algún título interesante que llevarme a casa, aunque luego tarde semanas o años en leerlo. Con la poesía suele ocurrirme lo contrario: compro menos libros, pero los leo sin tanta demora. Esto se debe a que me gusta seleccionarlos a conciencia, apartado de las modas y de los caminos trillados, con la mirada puesta en la calidad de los versos y de la edición que tengo entre las manos (bilingüe, si el poeta es extranjero, y acompañada de una buena traducción).
Los hallazgos de esta semana han sido
Poemas 1934-1952 de Dylan Thomas, Colección Visor de Poesía, y
Mi primer bikini de
Elena Medel, DVD Ediciones, poesía. Del primero conocía algunas de sus obras en prosa, sobre todo los cuentos, pero de la cordobesa tan sólo tenía noticias por medio del Taller de Poesía del Politécnico y de ciertos artículos de prensa. Supe que, a pesar de su juventud (nació en 1985), se había alzado con el PREMIO DE ANDALUCÍA JOVEN DE POESÍA 2001 con
Mi primer bikini, un poemario fresco, revelador, inmaduro, saturado de hormonas y de referencias culturalistas reconocibles para toda una generación. Ahora, que he tenido la oportunidad de leerlo, me sorprende que en sus poemas convivan Heidi e Irène Némirovsky en tan extraña armonía, mientras suena de fondo, alguna melodía de Gloria Gaynor o de La Oreja de Van Gogh. Este anclaje en la realidad, en mi opinión, le da verosimilitud al amor adolescente, al erotismo y a la búsqueda de la propia identidad como temas fundamentales de sus poemas y son, a su vez, la excusa para jugar con el lenguaje de una forma audaz y nada convencional. De hecho, es donde mejor se aprecio a la Elena Medel niña, en el uso de metáforas arriesgadas ("Qué agradable es beberse la cuenca de los ojos"), retruécanos ("la
lúzida ebriedad"), derivaciones/ composiciones ("Cosas románticas como pintarse el mentón color/ troncodeárbol") o sinestesias ("sonrío con sus besos fríos color pitufo, color papá pitufo"). Recuerda, no obstante, a los Novísimos en la experimentación con el lenguaje y en la abundacia de referencias no poéticas, extraídas de la televisión, el cine o de cualquier otro ámbito de la sociedad de consumo; además, encontramos la confirmación de esta influencia en la dedicatoria a Pere Gimferrer, pionero de esta corriente con
Arde el mar (1966), uno de los títulos imprescindibles para comprender la poesía del S. XX.
Después de este libro, Elena Medel ha escrito los poemarios
Vacaciones (2004) y
Tara (2006), además del cuaderno
Un soplo en el corazón (2007). Forma parte de la redacción de la revista
La bella Varsovia y disfruta de una beca de creación del Ayuntamiento de Madrid en la Residencia de Estudiantes desde septiembre de 2006.
El texto "Poética" ha sido extraído del
blog Las afinidades electivas y "Mi primer bikini" de la página
web de la autora.
PoéticaConcibo la poesía como el género de la identidad: me sitúa en el mundo, establece coordenadas, construye mi memoria y lo que soy.
Por lo demás, escribo porque me apasiona la literatura. En el parvulario me aburría mientras los demás se entregaban a las cartillas de lectura: ya venía enseñada de casa. Quizá por eso me gusta tanto el olor a plastilina.
Mi primer bikiniSólo yo sé cuándo sobrevivimos.
Lo sé porque mis dedos
se transforman en lápices de colores.
Lo sé porque con ellos
dibujo en las paredes de tu casa
mujeres con rostro de epitafio.
Porque, a la caricia de la punta,
comienza el derrame de los cimientos
formando arco iris en la noche.
Porque, al escribir testamentos
en el suelo, se remueven las vísceras
de azúcar, y trepan tus raíces.
Grabo versos de colores fríos
en tu piel, de arquitrabe a basa,
y les llueve y los diluye, y compruebo
que la lluvia suena como hacen al caer
las canicas brillantes y naranjas
que cambiaba en el patio del recreo,
poco antes de calzar mi primer bikini.
Hoy guardo las canicas, como un apagado
tesoro, en los huecos de otras espaldas.
Pinto también en la terraza de enfrente
un jardín de lápidas cálidas y hermosas.
Trazo como una medusa de bronce,
un paraíso de cadenas hendiendo en mantillo
el valle diminuto que proclama que es frágil
y sin embargo, dirás tú, sobrevive.
(De Mi primer bikini)
4 comentarios:
autora de gran intuición poética, que acierta muchas veces porque sabe que la palabra es una apuesta, una cuestión de riesgo...
Saludos compañero, a ver si hablamos la semana que viene y nos contamos...
magnífico descubrimiento desde tu blog, ¡gracias!
De nada, Elisabet, pero el mérito es, en realidad, de Viernes, que me habló de ella y la conoce en persona. Yo sólo soy un humilde mediador que se ha visto tan gratamente sorprendido como tú.
Salud y buenas lecturas.
Gracias por la visita y comentario en mi blog. He paseado por el tuyo de cabo a rabo y tiene un aspecto más que saludable. Seguiremos en contacto.
P.D. Coincido con algunas de tus recomendaciones lectoras juveniles.
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