
El ejemplo que nos lega es Carne de píxel, galardonado con el XXXIV Premio de Poesía Ciudad de Burgos y publicado por DVD EDICIONES en el nº 115 de su colección de poesía. Este libro tiene como hilo conductor a un hombre y a una mujer, una pareja de enamorados, que visitan las calles de Nápoles y Capri. Su núcleo son las imágenes heterogéneas que captan de estos lugares, ya que se unen como píxeles de otra imagen mayor que no se siente en el detalle pero sí en su conjunto. De hecho, la mayoría de los poemas aparecen sin título y sin distinguir párrafos, como sólidos bloques de letras que quisieran emular a una fotografía demasiado pixelada (no obstante, a partir de la página 21 comienza a numerarlos como "pixelado nº 1", "pixelado nº 2"... hasta el "pixelado nº 0", que no llega a cerrar el poemario). Por otra parte, también encontramos, aunque de forma intercalada, una serie de textos en verso y escritos en cursiva que el autor atribuye al artículo "Los agujeros Negros, Constructores del Cosmos" que Mónica Salomé publicó en noviembre de 2005 en El País. Otros elementos paratextuales muy presentes en la poesía de Fernández Mallo y en los usos comunicativos con las Nuevas Tecnologías son los paréntesis, los corchetes y las siglas, pues introducen incisos y hacen referencia a objetos hoy cotidianos. También se sirve de símbolos matemáticos, que reivindican el carácter postpoético de su obra y plantean el poema como una ecuación. Por lo demás, abundan las referencias a obras literarias, películas, teoremas científicos, grupos musicales y otros elementos apoéticos, al más puro estilo de las Vanguardias o de los Novísimos.
En conclusión, Agustín Fernández Mallo ha compuesto un libro de prosa poética emotivo, bello en sus formas, acertado en su disposición, pero sin llegar al extremo que propugnaba en "Hacia un nuevo paradigma: Poesía Postpoética". Tal vez sea por alguna maldición que el rupturismo nunca se consuma en las letras castellanas, o que sus propuestas teóricas resultaban descabellas o absurdas en algunos de sus planteamientos. En cualquier caso, sea por error u omisión, es un poemario magnífico que merece la pena leer. Aquí tenéis algunos textos para abrir boca:
También se sabe hoy
que los agujeros negros iluminan
el universo en mayor proporción
de lo estimado.
hay algo en el píxel de carnal y abstracto, cuadriculada superficie que contiene toda la información visual posible, agota su sentido, y sin embargo es cifra, está vacío. Hay en el píxel una metafísica. Origen, piel acristalada, proteico paisaje, el viajero que llegando a Región. Más tarde cada cual fue concibiendo su sembrado de rosas cúbicas, cubículo, cubicaje [como quieras llamarlo]. Ganó tu sexo nitidez. Fracasó en particular la carne de las rectas para llegar a lo único que son, y=ax+b; letras. El resto, arrebato de lo que no existe: ficción: pura espectroscopia.

En conclusión, Agustín Fernández Mallo ha compuesto un libro de prosa poética emotivo, bello en sus formas, acertado en su disposición, pero sin llegar al extremo que propugnaba en "Hacia un nuevo paradigma: Poesía Postpoética". Tal vez sea por alguna maldición que el rupturismo nunca se consuma en las letras castellanas, o que sus propuestas teóricas resultaban descabellas o absurdas en algunos de sus planteamientos. En cualquier caso, sea por error u omisión, es un poemario magnífico que merece la pena leer. Aquí tenéis algunos textos para abrir boca:
También se sabe hoy
que los agujeros negros iluminan
el universo en mayor proporción
de lo estimado.
hay algo en el píxel de carnal y abstracto, cuadriculada superficie que contiene toda la información visual posible, agota su sentido, y sin embargo es cifra, está vacío. Hay en el píxel una metafísica. Origen, piel acristalada, proteico paisaje, el viajero que llegando a Región. Más tarde cada cual fue concibiendo su sembrado de rosas cúbicas, cubículo, cubicaje [como quieras llamarlo]. Ganó tu sexo nitidez. Fracasó en particular la carne de las rectas para llegar a lo único que son, y=ax+b; letras. El resto, arrebato de lo que no existe: ficción: pura espectroscopia.
