sábado, 24 de enero de 2009

"Ladrón de sábado": del papel a las tablas

Cada nuevo curso plantea retos distintos. Hasta ahora no había impartido la optativa de Dramatización y Teatro, D/T, la única que me quedaba si descartamos "Trabajo monográfico" en 4º de ESO, de reciente implantación. Por fortuna, tuve la oportunidad de elaborar la programación didáctica para 3º de ESO y orientarla en dos direcciones complementarias: el Taller de lectura y dramatización de textos teatrales, que acompañada de juegos o actividades que trabajan la expresión corporal, la coordinación, la voz, la familiarización con el espacio, la respiración, la memoria, etc., tiene como objetivo final preparar al alumno para representar una obra de teatro a finales de curso, y el Taller de escritura dramática, que también atiende al objetivo de comprender y producir textos dramáticos a partir de sus convenciones literarias, para que el alumno, metido en la piel del dramaturgo, se apropie de la obra, comprenda para qué sirven las acotaciones, entienda el ritmo de un diálogo y la naturalidad de la que debe hacer gala. Además, es una forma de aprender a preparar un personaje desde dentro, desde su creación misma, sin olvidar otras labores relacionadas con la escenografía, el tiempo y el espacio, que serían compartidas con las decisiones de un director de escena. Por último, sirve para desarrollar algunas destrezas lingüísticas, como la competencia escrita, la lectora y la de interacción, pues el modelo conversacional, la lengua hablada, debe latir tras el diálogo dramático.
Para ejemplificar estas ideas, he seleccionado una actividad clásica, presente en muchos manuales, que consiste en transformar un texto narrativo en un texto dramático. El texto narrativo que elegí fue el cuento "Ladrón de noche", de la autora mejicana Consuelo Garrido, extraído de Ciudad Seva, y que podéis leer en el documento en Scribd que tenéis al final de la entrada. Los criterios de brevedad, sencillez y posibilidades dramáticas (pocos personajes, diálogos apenas esbozados, un único espacio literario, objetos bien definidos e imprescindibles para la trama...) guiaron mi selección. Después de fotocopiarlo, hicimos una lectura en común, consultaron algunas dudas derivadas de su comprensión y desgajamos del cuento todos los elementos necesarios para componer una pieza teatral: personajes, espacio, tiempo, objetos, diálogos, argumento... El método que propuse fue que cada alumno lo hiciera en su cuaderno para compartirlo después con el resto de la clase en una lluvia de ideas. Una vez que lo tuvieron claro, comenzaron a redactar el primer borrador en clase. Mi papel fue el de asesor, procurando que definieran los personajes, ordenaran la trama según el esquema clásico (presentación, nudo y desenlace) y vigilaran la ortografía. Cuando estuvo corregido, redactaron un segundo borrador en casa, dirigido por ciertas anotaciones que incidían sobre la representabilidad del texto. La presentación que tenéis en Scrapblog recoge uno de los trabajos en esta segunda fase que amablemente me ha cedido Nerea Martí Martínez, una de mis alumnas de Teatro de 3ºC. El borrador no respeta el final del cuento de Consuelo Garrido (en esto les di cierta flexibilidad), pero el diálogo es natural, decoroso y de ritmo ágil.
La última parte, la representación, todavía está pendiente de conseguir un texto definitivo. Para ello necesitarán de la colaboración de los demás compañeros, que ejercerán de actores, escenógrafos o ayudantes de escena. La escenografía y el vestuario lo podrán traer de fuera del centro y, de momento, el único espectador libre de toda responsabilidad, salvo la de evaluar, seré yo. Pero esto ya merecería otra entrada.

Taller de Textos DramÁticos II

4 comentarios:

Lourdes Domenech dijo...

¡Qué envidia! Esta materia no existe en Cataluña. ¡Cómo me gustaría poder disfrutar de la adaptación y representación de un texto teatral!

Héctor Monteagudo Ballesteros dijo...

Siento mucho el tiempo que he tardado en responder, Lu. Es extraño que no exista en Cataluña, pues el teatro y la educación han ido siempre de la mano, casi desde sus orígenes. También quisiera consultarte (probablemente repetiré esta pregunta en "A pie de aula") si se podría trabajar "Manzanas rojas" en esta optativa para 3º de ESO. Gracias, como siempre.

Lourdes Domenech dijo...

Hola Héctor,

Acerca de tu pregunta...
Manzanas rojas me parece una obra muy indicada para leer en primer ciclo. Los personajes protagonistas y sus travesuras son mejor comprendidas por alumnos de 12 o 13 años. Esto no quita que el hecho de que la obra tenga su hondura.
Ahora bien, dependiendo del tipo de alumnos de 3º y de sus habilidades de interpretación podrías barajar la posibilidad de llevarla a escena. Quizá la lectura les sepa a poco.

Un saludo

Héctor Monteagudo Ballesteros dijo...

Perdona una vez más por la tardanza. Creo que tienes razón y dejaré "Manzanas rojas" para otro año, a pesar de lo mucho que me ha gustado después de leerla. Sin embargo, no ha sido en vano, pues la he incluído en la lista de lecturas voluntarias para primer ciclo de ESO, que no tardaré en colgar en este blog. Muchas gracias por tu ayuda, Lu. Siempre nos descubres algo nuevo o interesante que llevar "A pie de aula".

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