Otra de las actividades que se ha realizado para celebrar la Semana del Libro es el concurso de de marcapáginas, organizado por el Departamento de Plástica del IES de Ademuz. Aunque no he participado en él, he querido reseñarlo por el alarde de originalidad, el derroche de creatividad y el cuidado que han puesto tanto los alumnos que han aportado sus pequeñas obras maestras como los profesores Albert Fenoll y Alfonso Martínez al hacer realidad esta genial idea.
El póster interctivo que he creado con Glogster ilustra parte de esta actividad: el cartel del concurso, donde se explican perfectamente las bases de la convocatoria, así como un ejemplo gráfico de cómo elaborar los marcapáginas, junto con el anverso y el reverso de los cuatro ganadores. También incluyo cuatro imágenes tomadas por mí en el vestíbulo del centro para mostrar la manera creativa en que se expusieron los marcapáginas de los participantes: atados por un hilo a un globo negro que se había hinchado con helio, de forma que, para ver de cerca cada obrita, había que tirar del cabo y bajarla del techo hasta la altura de la persona interesada. Esta disposición otorgaba, no sé si intencionadamente, la impresión visual de que cada globo era un nubarrón del que caía una gota materializada en un marcapáginas.
Bajo este chaparrón hicimos el intercambio de libros, una variante controlada del popular BookCrossing, que suelen realizar algunos centros educativos por estas fechas, coordinado, en este caso, por Reme Navarro, del Departamento de Valenciano. Fue después de la entrega de premios del concurso de marcapáginas y añadió a la pequeña tormenta artística una cordillera de libros que se salvaban así del espurgo de la biblioteca del centro para que aquellos alumnos que no pudiesen encontrar uno para intercambiarlo, tuviesen la oportunidad de hacerlo.
El póster interctivo que he creado con Glogster ilustra parte de esta actividad: el cartel del concurso, donde se explican perfectamente las bases de la convocatoria, así como un ejemplo gráfico de cómo elaborar los marcapáginas, junto con el anverso y el reverso de los cuatro ganadores. También incluyo cuatro imágenes tomadas por mí en el vestíbulo del centro para mostrar la manera creativa en que se expusieron los marcapáginas de los participantes: atados por un hilo a un globo negro que se había hinchado con helio, de forma que, para ver de cerca cada obrita, había que tirar del cabo y bajarla del techo hasta la altura de la persona interesada. Esta disposición otorgaba, no sé si intencionadamente, la impresión visual de que cada globo era un nubarrón del que caía una gota materializada en un marcapáginas.
Bajo este chaparrón hicimos el intercambio de libros, una variante controlada del popular BookCrossing, que suelen realizar algunos centros educativos por estas fechas, coordinado, en este caso, por Reme Navarro, del Departamento de Valenciano. Fue después de la entrega de premios del concurso de marcapáginas y añadió a la pequeña tormenta artística una cordillera de libros que se salvaban así del espurgo de la biblioteca del centro para que aquellos alumnos que no pudiesen encontrar uno para intercambiarlo, tuviesen la oportunidad de hacerlo.
2 comentarios:
Por lo que cuentas, ha sido una semana muy activa. Lo que más me gusta es ver que compartís propuestas varios departamentos.
Ha sido una semana intensa, pero aún nos quedan algunas actividades para el fomento de la lectura en este curso. Buena parte de esta colaboración se debe a que somos pocos profesores en un centro pequeño y alejado de cualquier núcleo urbano, lo cual fortalece la convivencia, con lo bueno y lo malo que conlleva.
Un saludo, Lu.
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