Los poemas que cito a continuación no figuran en esta antología; son de la página web "A media voz", pues he considerado que sería mejor opción completar los que allí aparecen ("Oda a las muchachas", "Dame Dios este verso", "Inspirado en un retrato de Jec"...) que parafrasearlos. Valgan, entonces, para conocer más y disfrutar mejor de la obra de Carlos Edmundo de Ory.
He vuelto ahora sin saber por qué
a estar triste más triste que un tintero
Triste no soy o si lo soy no sé
la maldita razón porque no quiero
He vuelto ahora sin saber por qué
a estar triste en las calles de mi raza
He vuelto a estar más triste que un quinqué
más triste que una taza
Estoy sentado ahora en un café
y mi alma late late
de sed de no sé qué
tal vez de chocolate
No quiero esta tristeza medular
que nos da un golpe traidor en una tarde
Pide cerveza y basta de pensar
El cerebro está oscuro cuando arde.
Abre hermano la puerta de este libro
alza la tapa de este baúl
que tienes cerca de tu mano morfinómana.
Suspira con educación
quita la mano de la oreja
lee despacio mi alud de cuentos de hadas
que has abierto un baúl de hechicería.
Respira en la pocilga de mi música
los violines en polvo
llora conmigo al recitar mis penas
mis cadenas mis venas mis antenas
mis pañuelos planchados con mis pies
y sabrás por qué soy el poeta sin sueldo
dejado en la frontera con una lavativa.
HIPÉRBOLE DEL AMOROSO
Te amo tanto que duermo con los ojos abiertos.
Te amo tanto que hablo con los árboles.
Te amo tanto que como ruiseñores.
Te amo tanto que lloro joyas de oro.
Te amo tanto que mi alma tiene trenzas.
Te amo tanto que me olvido del mar.
Te amo tanto que las arañas me sonríen.
Te amo tanto que soy una jirafa.
Te amo tanto que a Dios telefoneo.
Te amo tanto que acabo de nacer.
2 comentarios:
pues no lo había leído todavía, pero suena muy bien volver a esa mirada vanguardista, a veces hace falta eso para re-conocer la realidad...
Sí, es cierto. Edmundo de Ory me gusta porque lo veo como un adelantado a la poética de los Novísimos, una especie de eslabón perdido que enlaza el futuro de la Generación de 1970 con el pasado vanguardista de la Generación del 27 y de la literatura latinoamericana, como el Ultraísmo de Borges o el Creacionismo de Huidobro. En este sentido es más hispanoamericano que europeo. Vale la pena leerlo.
Un saludo, Viernes.
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