viernes, 5 de abril de 2013

Tormentas de verano, de Sergio R. Alarte (II)

La continuación de mi comentario crítico sobre la novela Tormentas de verano, de Sergio R. Alarte, profundizará en las referencias, personajes, espacios narrativos y otros aspectos interesantes de esta obra.

Presentación de Tormentas de verano en Bibliocafé,
con David Mateo, Sergio R. Alarte y Anabel Botella

La caracterización de las tramas se debe no solo a la sucesión de hechos de uno u otro tipo, sino a la abundancia y uso de referencias, muchas reconocibles por cualquier lector y otras fruto de la documentación. Las referencias de la trama marco se reparten entre las de carácter metaliterario, culturalista, tecnológico, geográfico y de ocio. Las de carácter metaliterario utilizan la literatura para hablar sobre sí misma y sobre su proceso de creación. Pertenecen, sobre todo, a la alta cultura, ya que responden a la formación filológica de Sergio R. Alarte, a sus gustos personales, a cierta intención pedagógica con que escribió la novela y a las tendencias narrativas que ya consolidaron Emilio Pascual con Días de Reyes Magos y Carlos Ruiz Zafón con La sombra del viento. Por ello, no es raro encontrar a Garcilaso de la Vega junto con José Hierro o Federico García Lorca en los "duelos de juglares", un trasunto de las famosas "peleas de gallos" de los raperos que, en el fondo, no deja de ser un recurso ingenioso para acercar el proceso de creación literaria a los más jóvenes.
Las referencias culturalistas, por su parte, son más heterogéneas y no siempre apuntan a la alta cultura. Las de carácter cinematográfico, con claras alusiones a BuñuelMurnau y al cine Dogma sí, lo que no ocurre con las musicales, que se refieren tanto a los temas de John Coltrane o Massive atack, como a los grandes éxitos de la década de los ochenta o de Arctic Monkeys, contemporáneo de la novela. Las pictóricas, en cambio, apenas se reducen a Van Gogh.
Las referencias tecnológicas, además de vestir la trama de modernidad, contribuyen a su desarrollo como elementos estructurales, ya sean como fuente de información, como medio para lograr un fin determinado o como elemento socializador entre personajes. La tarjeta de memoria, por ejemplo, se ajusta a las dos primeras definiciones: recoge el mensaje de Aitana y es la pista más valiosa para saber dónde está. También adquiere relevancia la red social Tuenti, a través de la que se comunican las cuatro investigadoras adolescentes y fortalecen, aún más si cabe, sus lazos de amistad. El autor, además, la aprovecha con maestría para recrear el tan temido lenguaje SMS o de chat, al que se le achaca la mayoría de los errores ortográficos de los estudiantes. Los juegos electrónicos cooperativos por internet y toda la cosmogonía de aspectos propios de una cultura fanzinera, "underground", se sitúa entre las tecnológicas y las referencias de ocio, con los objetivos prioritarios de caracterizar mejor a ciertos personajes, como Azu, y hacer un alegato indisimulado frente a quienes los desprecian como parte de un tipo de "subcultura".
Los espacios narrativos están plagados de referencias geográficas reales, entre las que destaca la misma Salamanca, la Peña de Francia y Las Caballerizas que, junto con el tiempo cronológico, verano de 2012, le confieren una gran dosis de verosimilitud. La casa de la espiritualidad, en cambio, y a pesar de que también pueda estar inspirado en un lugar real, actúa como ficticio, al servir de puente, por ser un espacio común, entre la trama metaliteraria y policíaca, además de ser epicentro narrativo de la acción narrativa más climática, que se reparte entre el salón de actos y el campanario. Por otro lado, justifica el papel que realizan los dos monjes, el padre Damián y el padre Luna -uno de los cuales está basado en mi persona-, aunque acusen la influencia de El nombre de la rosa y, si se tiene en cuenta la organización secreta de los Numantinos, a El código Da Vinci, de Dan Brown.
El resto de personajes se divide en cinco tipos más: Julia y sus amigas; Felipe el Mayor y sus amigos, con los que tienen una relación de atracción y repulsión; los profesores del curso Jóvenes Artistas Españoles (JAE); Tomás el Lazarillo y su padre, el librero ciego; y los policías y científicos, de los que resaltaría a los agentes Castro y Benegas, cuya caracterización oscila entre una documentación detallada de primera mano y la licencia literaria inspirada, por ejemplo, en la serie televisiva Bones. Las chicas, por su parte, son los personajes más redondos de la narración, pues de la caracterización inicial -como musas de la literatura, pintura, cine y música-, van adquiriendo la entidad y consistencia atribuibles a unas chicas de catorce años, de lo que podrían ser sus pensamientos, sentimientos y ocurrencias, hasta percibirlas como totalmente reales hacia el final de la obra.

Tormentas de verano es, en definitiva, una novela sorprendente, entretenida y especialmente dirigida a jóvenes y que enganchará a cualquier adulto que se acerque a ella por su factura profesional, estilo,  elaboración de las tramas, riqueza de referencias y verosimilitud de sus personajes. Además, Alupa publicará, dentro de unos días, la guía didáctica para que profesores, bibliotecarios y padres puedan aprovechar todo su potencial didáctico, que hemos elaborado Sergio R. Alarte y yo, junto con un audiolibro que está ultimando Raúl Núñez, compañero de los tiempos de la Facultad y profesor de Educación Secundaria.

2 comentarios:

José Luis Platero dijo...

Definitivamnete, una novela a tener en cuenta, y a la espera estoy de la guía didáctica y el audiolibro.

Héctor Monteagudo Ballesteros dijo...

Está muy bien escrita y es muy entretenida. La guía dará mucho juego, tanto en centros escolares como en bibliotecas, y llevará un par de modelos de control de lectura imprimibles. Del audiolibro tengo menos detalles, pero promete calidad.

Un saludo y gracias por tu comentario.

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