La poesía es un género complejo y heterogéneo que gusta de romper límites, etiquetas y cánones consagrados. Esta es la razón de que no toda sea lírica, ni en verso, y que no flirtee con lenguaje, temas y motivos siempre poéticos.
Tampoco se rinde ante la definición que la reserva para la expresión de sentimientos e ideas: hay poemas que son narraciones en versos y otros que desmenuzan el lenguaje hasta reducirlo a una ininteligible cadena de sonidos, al igual que consiguió Huidobro en Altazor.
En la imagen que acompaña esta entrada, cito a algunos poetas que habitan en mi biblioteca y que la alimentan con sus rimas, símbolos, metáforas, desvelos, plenitud y polifonía sin par.
No todos son los mejores ni los más reconocidos, pero sí son los que han preservado mi fe en el verso y los que me han descubierto otros autores desconocidos, olvidados u ocultos a los ojos de los lectores de mi generación. Espero que, de alguna manera, supongan una revelación para otros.
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