El aprendizaje de la escritura es una tarea compleja que puede ocupar toda una vida y que esta sujeta a numerosos condicionantes, como la formación académica, la afición por la lectura, las experiencias vividas o el carácter de quien escribe.
La escuela y el aprendizaje de las primeras constituyen un factor esencial, que se va perfeccionado durante las etapas de Secundaria, Bachillerato y enseñanzas superiores mediante la práctica de textos marcados por unos propósitos comunicativos, estructuras, lenguajes específicos y tipología cada vez más acotados.
Entre los textos que son objeto de estudio y de práctica cotidiana entre los estudiantes sobresalen los académicos, tales como resúmenes, ensayos, esquemas o trabajos de investigación. Dado que son los más habituales en el ámbito escolar, también son los más susceptibles a la hora de detectar las carencias y errores de redacción que sufren muchos de los jóvenes escritores que tenemos en nuestras aulas. Con el fin de paliar, en la medida de lo posible, algunas de estas deficiencias, elaboré un documento con once consejos para redactar en el ámbito que nos ocupa, inspirados por la experiencia docente y las recientes pruebas de evaluación, pero también por algunos manuales clásicos, como los de Daniel Cassany, Mª Teresa Serafini, Alvar Ezquerra o Sánchez Lobato (sin olvidar los apadrinados por la RAE, el Instituto Cervantes o la Fundación del Español Urgente).
Deseo, por tanto, que la infografía que he creado con Piktochart para hacer más atractivos estos once consejos sean de utilidad a grandes y a pequeños, ya sea para recobrar el gusto o valorar la escritura como una actividad que debe encontrar la perfección, ya sea para evitar que sea un obstáculo para alcanzar las metas de cualquier formación académica.
La escuela y el aprendizaje de las primeras constituyen un factor esencial, que se va perfeccionado durante las etapas de Secundaria, Bachillerato y enseñanzas superiores mediante la práctica de textos marcados por unos propósitos comunicativos, estructuras, lenguajes específicos y tipología cada vez más acotados.
Entre los textos que son objeto de estudio y de práctica cotidiana entre los estudiantes sobresalen los académicos, tales como resúmenes, ensayos, esquemas o trabajos de investigación. Dado que son los más habituales en el ámbito escolar, también son los más susceptibles a la hora de detectar las carencias y errores de redacción que sufren muchos de los jóvenes escritores que tenemos en nuestras aulas. Con el fin de paliar, en la medida de lo posible, algunas de estas deficiencias, elaboré un documento con once consejos para redactar en el ámbito que nos ocupa, inspirados por la experiencia docente y las recientes pruebas de evaluación, pero también por algunos manuales clásicos, como los de Daniel Cassany, Mª Teresa Serafini, Alvar Ezquerra o Sánchez Lobato (sin olvidar los apadrinados por la RAE, el Instituto Cervantes o la Fundación del Español Urgente).
Deseo, por tanto, que la infografía que he creado con Piktochart para hacer más atractivos estos once consejos sean de utilidad a grandes y a pequeños, ya sea para recobrar el gusto o valorar la escritura como una actividad que debe encontrar la perfección, ya sea para evitar que sea un obstáculo para alcanzar las metas de cualquier formación académica.
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